Una hipoteca joven es un préstamo hipotecario como cualquier otro, adaptado a un perfil específico: personas de 35 años o menos que quieren comprar su primera vivienda. En la práctica, esto significa que: El porcentaje de financiación suele ser más alto.
Este ofrece tipos de interés más reducidos de lo habitual. Te dan la opción de tener un período inicial de carencia, es decir, durante un tiempo determinado no tendrás que pagar la cuota. No tienes que pagar ninguna comisión de apertura. En ocasiones puedes financiar hasta el 90 % del valor de tasación.
Dado que los solicitantes tienen dicha edad, las entidades suelen flexibilizar el plazo de amortización; estableciendo la devolución del capital en unos 35 o 40 años, superior al plazo habitual de 30 años, por lo que las cuotas serán más bajas.
Algunas comunidades autónomas también ofrecen a los menores de 35 años facilidades para acceder a una vivienda. La más destacada es el descuento del impuesto de transmisiones patrimoniales (ITP).